LEÓN XIV, EL NUEVO PAPA: UNA ELECCIÓN HISTÓRICA Y UN EMOTIVO HOMENAJE EN LA CAPILLA SIXTINA

LEÓN XIV, EL NUEVO PAPA: UNA ELECCIÓN HISTÓRICA Y UN EMOTIVO HOMENAJE EN LA CAPILLA SIXTINA

Vaticano.- La tarde del jueves 8 de mayo de 2025, el cielo de Roma se llenó de júbilo al emerger la esperada fumata blanca desde la chimenea de la Capilla Sixtina: los cardenales, reunidos en cónclave desde el miércoles, habían elegido al nuevo líder de la Iglesia Católica. Con el tradicional anuncio en latín “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!”, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti presentó al mundo al nuevo pontífice: el cardenal Robert Francis Prevost, quien asumirá el nombre de León XIV.

Originario de Chicago, pero con una vida profundamente ligada a América Latina, León XIV tiene también la nacionalidad peruana. Su vocación misionera lo llevó en 1985 a Perú, donde trabajó como sacerdote agustino y dirigió durante una década el seminario de Trujillo. Su cercanía con las comunidades, su sensibilidad social y su firmeza doctrinal lo convirtieron en uno de los favoritos del cónclave. A sus 69 años, se convierte en el 267º sucesor de San Pedro, y su elección se logró tras cuatro votaciones, en el segundo día de deliberaciones.

Luego de aceptar el ministerio petrino y elegir su nombre, León XIV se trasladó a la conocida “Sala de las Lágrimas”, donde revistió por primera vez las vestiduras papales. Posteriormente, regresó a la Capilla Sixtina para vivir su primera ceremonia como Pontífice: el homenaje y el solemne Te Deum.

Allí, sentado ya en la cátedra papal, fue recibido con un saludo por el cardenal decano del Orden de los Obispos. Luego, uno de los cardenales presbíteros proclamó un pasaje del Evangelio, entre los tradicionales: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” o “Apacienta mis ovejas”. A continuación, el cardenal Mamberti elevó una oración por el nuevo Papa.

En un acto cargado de simbolismo, todos los cardenales electores presentes desfilaron uno a uno ante León XIV para manifestarle su obediencia y respeto. La ceremonia culminó con la entonación colectiva del himno Te Deum, iniciado por el propio Pontífice, como acción de gracias a Dios.

Desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, León XIV impartió su primera bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), con voz serena y mirada firme. Su elección marca el inicio de una nueva etapa para la Iglesia, guiada por un pastor que conoce tanto las realidades del norte como del sur global, con un corazón agustiniano y una profunda fe en el servicio.

León XIV ya es Papa. Y el mundo lo mira con esperanza.

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