Celebran en Orizaba el Quinto Viacrucis en Bicicleta, único en la región de las Altas Montañas

Más de 400 ciclistas participaron en un recorrido de fe por 14 templos de la ciudad
Orizaba, Ver. – Por quinto año consecutivo, la ciudad de Orizaba fue escenario del Viacrucis en Bicicleta, un evento único en la región de las Altas Montañas y en todo el estado de Veracruz.

Fueron más de 400 ciclistas los que participaron en esta peregrinación sobre ruedas, recorriendo 14 iglesias, capillas y santuarios católicos en un trayecto de aproximadamente 18 kilómetros.
El recorrido inició a las 11:00 de la mañana en la iglesia San Antonio de Padua, ubicada junto al Cuartel del Ejército, y se se recorrió por diversas zonas de la ciudad, incluyendo el centro, sur y norte de Orizaba.
En cada estación, los participantes realizaron una oración y peticiones, combinando el esfuerzo físico con la espiritualidad.
En entrevista, Delfino Ramírez Encarnación, representante de la Asociación Civil BiciOri Paz y Bien, destacó que este evento no solo promueve el ejercicio y el uso de la bicicleta como medio de transporte, sino que también fortalece la fe y el sentido de comunidad entre los asistentes.

Entre los templos que se recorrieron fue la Parroquia de San José de Gracia, Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, San Felipe Neri, la Catedral de San Miguel Arcángel, entre otros.
En cada parada, los ciclistas fueron guiados espiritualmente con oraciones encabezadas por el párroco Valentín López Cruz.

Fue en la última estación, en la Catedral de San Miguel Arcangel donde los deportistas fueron recibidos por el obispo de la Diócesis de Orizaba, monseñor Eduardo Cervantes Merino.

Uno de los momentos más emotivos fue la bendición con agua que marcó el cierre del recorrido, simbolizando la renovación de la fe de los participantes. Este año, las principales intenciones estuvieron dedicadas a las madres buscadoras, así como a la paz y unidad familiar, reflejando el profundo compromiso social y espiritual del evento.
El Viacrucis en Bicicleta se ha consolidado como una tradición singular en la región, que combina devoción, salud y convivencia, y que continúa creciendo en participación y significado año con año.