La llamada que cambió todo: el testimonio del hermano de un joven lesionado en la explosión de una pipa en Iztapalapa
Maltrata , Ver.- Ángel Terán Hernández hermano de Erick Mateo no olvida la llamada que recibió aquella mañana del 10 de septiembre.
En cuestión de segundos, la rutina de trabajo se convirtió en angustia. Su hermano, Erick Mateo, había quedado atrapado en la explosión de una pipa de gas en Iztapalapa, Ciudad de México.
“Le dije al patrón que ya no iba a cargar, que me iba directo al hospital porque mi hermano estaba quemado. No quiso darme permiso y me quería mandar a Tlacomulco, pero dejé el camión y avisé que en la semana no iba a trabajar. La prioridad era mi hermano”, relató Ángel, con voz firme durante la llamada telefónica como si aún defendiera aquella decisión.
Angel y Erick ambos hermanos se dedican al transporte de abarrotes en Tlalnepantla. Ese día, Erick tomó la ruta desde Cuautla hacia la caseta México–Puebla, sin imaginar que el destino lo pondría justo en el sitio equivocado.
El tráfico lo obligó a circular por el puente elevado del Metrobús, el mismo donde la pipa estalló en cuestión de segundos. Las llamas lo alcanzaron de inmediato.
Erick sufrió quemaduras profundas en el costado izquierdo de su cuerpo, pero logró sobrevivir. Hoy, a sus 29 años, permanece estable en el Hospital General 197 de Texcoco.
Está fuera de terapia intensiva, consciente y con ánimo, aunque su recuperación será larga y se estima que al menos 20 días más permanezca hospitalizado, de acuerdo con los médicos.
Las visitas no son fáciles. Bata, guantes, gorro, botas y cubrebocas forman parte de las medidas de sanidad para acercarse a él.
Ángel continuó recordando que su hermano le narró cómo lo sorprendió la explosión:
“Al principio pensó que era un tráiler de cemento por la construcción, pero después me contó que quedó debajo de la pipa cuando dio el chispazo y toda la lumbre le entró por el lateral”.
La tragedia, sin embargo, no los ha dejado solos. Familias enteras, vecinos y autoridades han extendido la mano. Llegan insumos, comida, pomadas especiales, y hasta un apoyo económico del Ayuntamiento de Maltrata. La solidaridad se hace presente en cada gesto.
Hoy, Erick tiene cerca a los suyos: su hermano, su esposa y sus padres. No se separan de él, acompañándolo entre el dolor y la esperanza. La explosión de la pipa marcó sus vidas, pero también reforzó los lazos de unidad y amor familiar.
