Xochitlallis en Tequila: un viaje a al corazón de la Madre Tierra
Tequila, Ver.- Como cada primer viernes de marzo, los municipios de las Altas Montañas celebran el tradicional Xochitlallis, un ritual prehispánico de agradecimiento a la Madre Tierra por los dones recibidos.
En el municipio de Tequila, esta ceremonia se llevó a cabo en la cueva Tzontikomoztok, cuyo nombre en náhuatl significa “Cabeza de Zorro”.
Ubicada a media hora del crucero de Tequila, esta cueva de 325 metros de profundidad es un sitio sagrado donde, año con año, habitantes, turistas y autoridades municipales se congregan para rendir tributo a la naturaleza.
A pesar de su difícil acceso, el recorrido ofrece paisajes majestuosos y el aire fresco que impregna el camino hace de la travesía una experiencia inolvidable.
Desde tempranas horas, cientos de personas provenientes de municipios como Orizaba, Río Blanco, Nogales, Ciudad Mendoza, Fortín y Córdoba se dieron cita para presenciar las danzas tradicionales y participar en la ceremonia de agradecimiento.
El evento transcurrió sin incidentes, gracias al operativo coordinado entre el ayuntamiento, la policía local y Protección Civil, así lo informó el presidente municipal de Tequila, Jesús Valencia Morales.
Un descenso hacía la espiritualidad
Adentrarse en la cueva de Tzontikomoztok no es solo un viaje físico, sino también espiritual, emocionante e incluso peligroso.
A medida que se descienden los 325 metros, la luz se disipa y el ambiente se torna frío y silencioso. En ese escenario, el sonido de la danza ceremonial y los cánticos ancestrales envuelven a los presentes en una atmósfera de conexión con la Tierra.
Este sitio, alejado del ruido y la tecnología, conserva su magia y misticismo, permitiendo a los asistentes vivir una experiencia única.
El Xochitlalli en Tequila es, sin duda, uno de los rituales que aún preserva su esencia, no solo por la imponente profundidad de la cueva, sino por el respeto con el que se mantiene esta tradición indígena de la Sierra de Zongolica.
Las autoridades han impulsado turísticamente este espacio sin alterar su autenticidad, permitiendo que cada visitante sienta la energía y el legado ancestral que resguarda la Cabeza de Zorro.
