Educación rural en crisis: advierte el SNTE sobre abandono institucional y deserción escolar
Rio Blanco, Ver. — Las escuelas rurales de la sierra de Zongolica enfrentan un escenario preocupante marcado por el abandono institucional, la falta de recursos básicos y una creciente deserción escolar. Así lo señaló la secretaria de Finanzas del Comité Ejecutivo de la Sección 32 del SNTE, Elizabeth Lea de Jesús Castro Morales.
Durante su visita, a la región de las Altas Montañas, Castro Morales recogió testimonios de docentes que enfrentan condiciones adversas para ejercer su labor: desde escuelas multigrado con un solo maestro hasta la inexistencia de relevos en casos de enfermedad.
“Hay compañeros que atienden todos los niveles en un solo salón. Si se enferman, no hay quien los sustituya. Y si esa escuela se cierra, los niños deben caminar kilómetros para llegar al siguiente plantel”, expuso.
La funcionaria sindical destacó que tras la pandemia de COVID-19, muchos alumnos no regresaron a las aulas. “Los padres no tenían los medios para mantener a sus hijos conectados a la educación a distancia, y muchos simplemente no volvieron. Esto agravó la deserción en zonas donde ya había un rezago educativo histórico”, advirtió.
A pesar de la disminución de la matrícula escolar, Castro Morales defendió el derecho de los niños a recibir educación sin importar el número de estudiantes.
“Así sea un solo niño en la comunidad, el Estado está obligado a garantizarle su derecho a la educación. No se trata solo de cifras, se trata de derechos humanos”, afirmó.
Entre las principales demandas del magisterio en comunidades indígenas y rurales, esta el acceso a tecnología, infraestructura básica, conectividad y condiciones dignas para habitar en las zonas de adscripción. “Nos exigen evaluaciones en línea, cuando hay lugares sin luz ni internet. Además, el costo de los equipos que nos piden utilizar no está al alcance de todos”, señaló.
El clima de inseguridad también ha impactado al sector educativo. Según la secretaria, algunos docentes han optado por dejar sus plazas ante amenazas, incluso sin que se concrete una agresión directa. “El temor es suficiente para no regresar, y esto deja comunidades enteras sin maestros”, lamentó.
Finalmente, hizo un llamado a revisar el actuar de ciertos supervisores de zona, cuyas decisiones —dijo— generan inconformidad entre los docentes, agudizando aún más la crisis. “Lo que pasa en las comunidades rurales no puede seguir siendo invisible. Urge una intervención real, con enfoque humano, territorial y con voluntad política”, concluyó.
